Fernando Ortiz

Las posadas, la navidad y el año nuevo pasaron, y nos trajeron de regalo la tradicional cuesta de enero. Sin embargo, no se si a ustedes les pasó, pero este año hasta pareciera que viví 100 posadas, conocí a decenas de familias y me enteré de mil y un rituales para recibir el año nuevo… ¿cómo?, muy fácil, por FACEBOOK.

Y es que en realidad este último mes Facebook se vistió con fotos, publicaciones y videos de las posadas y festejos decembrinos de nuestros amigos y familiares, y a través de ellas nos metimos hasta la cocina para ver a la abuelita, que ni Facebook tiene, preparando la cena de navidad, o que tal los tíos, todos uniformaditos como haciendo guardia alrededor de la hielera que muy seguramente tendría agua o refrescos, y por último, los padrinos y tíos de una vez al año sonriendo para las fotos que, muy seguramente, ni sabían que acabarían en Facebook. Los más vivos, los que si tienen cuenta, soltaban esporádicos “pero los subes Jorgito” o los aún más abusados “ahí me etiquetas hija, pa´ no batallar” refiriéndose a las fotos que terminaron en los típicos álbumes de “Feliz Navidad” que más de uno tiene en su perfil. Es más, poco falto para que mediante una tweet-cam nos transmitieran la celebración familiar.

Y eso no está mal, en lo personal me gusta, porque hoy por hoy las familias completas están entrando a las redes sociales. Tíos, primos, padres, hermanos e incluso abuelos, ya tienen su cuenta en Facebook, lo cual genera otro fenómeno igual de sorprendente que lo anterior, y es la plática de lo que ha pasado en la red. Me gusta porque así las familias, como a principios de los 60´s que platicaban sobre tal o cual cosa vista en la televisión, hoy lo hacen sobre el debatir diario de Facebook, Twitter, YouTube, etcétera, y que por ser medios tan democráticos y diversos, nos dan un amplio conocimiento sobre “x” o “y” tema provocando una gama muy amplia de comentarios.

Ya no lo pueden negar los anti-facebook, las redes sociales, el internet en sí, está ya en el núcleo mismo de la sociedad, es decir dentro de las familias, comunicándolas, uniéndolas e incluso me atrevo a decir, fortaleciéndolas. Ya sobre este tema hablaré en otra ocasión, hoy cierro con la siguiente pregunta ¿es bueno o malo el compartir a nuestra familia en Facebook?

Por mientras la interrogante se despeja, sigamos EN-RED-@2