Fernando Ortiz

Mis queridos y ficticios lectores. Con el gusto de siempre le saludo robándoles parte de su valioso tiempo. Hoy comienza, en Nuevo León un periodo de suma importancia para nuestra sociedad y nuestro futuro, un periodo que, de saberlo aprovechar, puede culminar en un mejor mañana para nuestro estado, pero también un periodo que, para muchos, pasará inadvertido: las campañas políticas.

El solo concepto hará que muchos digan ‘qué hueva’, y con justa razón, porque en esta variante de la democracia, como la es la mexicana, las campañas políticas son sinónimo de demagogia, hartazgo, descalificaciones, promesas y un montón de propaganda que tapizarán nuestra entorno con caras, nombres y propuestas que terminarán siendo parte del mobiliario urbano de la metrópoli.

Sin embargo, una verdadera campaña política debería ir mucho más allá de pendones, vasos y volantes; debería centrarse en propuestas serias claramente planteadas, hechas a partir de las necesidades reales de los ciudadanos, no de los intereses particulares de los partidos y/o candidatos, y más aún, no sólo pensadas en los ciudadanos, sino por los ciudadanos, como medida efectiva de participación. Deberían de contener más fondo que forma, y mostrar los hechos a los que se comprometen los candidatos para con las familias que los eligen, más que en mostrar a sus familias como pilares de su estrategia de comunicación.

Desde hoy, y hasta el próximo 3 de junio, 90 días en total, veremos de todo y de todos. Spots en radio y televisión, desplegados en periódicos y revistas, saleros, vasos, delantales, banderas, calcomanías, playeras, gorras, tortilleros, lonas, panorámicos, libretas, plumas, mochilas, bolsas, en fin, centenares de formas para promover un nombre, una foto, un slogan, más que un plan de acción. Diría Cantinflas: ahí está el detalle.

Yo les invito, amigos lectores, a que si un político se acerca con ustedes, sin importar el partido o el cargo por el que participe, además de aceptarle un vaso o una calca, le pregunte usted por tres acciones que haría en caso de ganar, no ocupamos más, solo que enumere tres sencillas cosas que hará en beneficio de su comunidad para que usted dimencione a quien le está confiando su futuro, porque los candidatos están acostumbrados a hacer campañas de escuchar, más que de hablar, y esta debe de ser una campaña de propuestas y proyectos realizables, y en nosotros como electores está la diferencia.

Depende, en síntesis, de nosotros. Tres cosas por mi comunidad, así de sencillo puede usted definir por quien votar.