Mis queridos y ficticios lectores, que gusto reencontrarme con ustedes. A estas alturas, el mundo entero sabe de la fuga del capo de la droga Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, del penal de máxima seguridad de Almoloya el pasado sábado por la noche, y el mundo entero sabe también del ridículo que ha hecho la institución presidencial ante tal acontecimiento, agraviado por las declaraciones que el Presidente Peña dio tras su captura el año pasado, aseverando que una nueva fuga del capo seria imperdonable para el Gobierno. Muy seguramente hoy el Presidente se trata amargamente sus palabras.
Sin embargo, tal parece que este no es sino otro eslabón de penurias en estas Bodas de Odio encabezadas por Peña y su Gaviota, y es que además de la penosa situación en la que el sistema penal se encuentra, el matrimonio presidencial anda enojado y haciendo berrinches por Europa, ya que esta semana circularon dos videos en los que actitud de la pareja parece más la de un noviazgo de secundaria, pues pasan de un desaire a otro, en público y en actos internacionales.
El primero de estos videos muestra como, en medio de una visita junto a los Reyes de España, el Presidente no se da cuenta que su esposa quiere tomarlo del brazo, por lo que continúa su camino y cuando voltea para con ella para tomarla de la mano se encuentra con esa cara típica en algunas féminas de «No, ya no quiero nada»; acto seguido el Presidente gira de nuevo al frente y trata de sordearse al más puro estilo de «las saladitas son horneadas…». No quiero parecer defensor del Presidente (¡jamás!), pero Señora Doña Gaviota, el Presidente apenas y tiene ojos al frente como para que ande adivinando lo que pasa a su espalda, no hay que ser.
En el siguiente momento incómodo, captado durante la gira en París en la que el mandatario se encuentra y por la que no volvió a México tras la fuga de Guzmán, hay dos momentos interesantes a analizar. El primero se muestra en el segundo tres del primer video bajo estas líneas, en el que vemos como el Presidente, cargando su cruz pues, trata de tomar del brazo a la Señora Gaviota misma que de nuevo lo desaira, para continuar caminando solita por la vida.
Más adelante, en ese mismo evento, vemos que al llegar con sus anfitriones la Primera Dama se acerca ahora a Peña y lo trata de tomar del brazo, y ahí cobró venganza el Presidente, pues cual si fuera niño rico siendo tocado por «la prole», el heredero priista le arrebata el brazo y la deja ahí, con la manita estirada el orgullo por los suelos (segundo 23).
Yo sé que todas las relaciones tienen problemas, diferencias y peleas, pero una cosa es eso y otra muy distinta andar de evidentes en plenas visitas internacionales.
Para mala suerte de el Lic. Enrique y su equipo de asesores, su gestión sigue a la baja, cayendo de la percepción popular. Recuerdo que cuando el Presidente tomó protesta, apenas harán tres años, alguien dijo que los siguientes serian los peores seis años para la familia Peña, amenaza que a la distancia parece estarse cumpliendo a cabalidad, pues no sale de una crisis cuando Peña y los suyos ya están en otra.
Que si confunde ciudades con estados y viceversa, que no recuerde de que murió su esposa, que no sepa como tomar la copa de vino, que 43 estudiantes normalistas sigan desaparecidos, que se especule que tiene cáncer, que se le escape el arresto de mayor logro de su sexenio, caray, ya solo le falta que un perro le haga una gracia enfrente de los medios. Pero lo peor no es eso, lo peor son dos aspectos claves que no podemos dejar de tomar en cuenta:
- Que aún le quedan tres años cuatro meses en Los Pinos, y
- Que lo malo que le pasa a él, muchas veces son cosas malas que le pasan a su Gobierno, ergo, son cosas malas que nos pueden afectar a nosotros como ciudadanos.
La moneda está en el aire, Peña Nieto descapitalizado ante la sociedad y El Chapo, sabrá Dios donde ande el Chapo, eso sí, mejor cobijado y protegido que EPN, eso es un hecho.
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