Mexicano, mujeriego, borracho, amante, despreciado, inmortal, son solo alguno de los adjetivos que podríamos darle a quien, en mi punto de vista, es el mejor compositor de música popular que estas tierras ha dado… José Alfredo Jiménez Sandoval, quien un día como hoy, 19 de enero, pero de 1926, nació en Dolores Hidalgo, Guanajuato, de donde saldría años más tarde para heredarle a esta patria sus canciones.
Escuchar su música sin un trago en la mano es una contradicción, porque escuchar a José Alfredo es oír los triunfos y fracasos de uno mismo, y es la mejor forma de sacar de nuestra vida a esa persona que se fue o de quien nos alejamos.
El rey, Paloma querida, Ella, Las ciudades, Caminos de Guanajuato, Llegando a ti, Ojalá que te vaya bonito, La media vuelta, Te solté la rienda, El caballo blanco, y un muy largo etcétera, son apenas algunas canciones de las muchas que ya forman parte de la cultura popular mexicana, porque si los españoles presumen a Quintero, León y Quiroga, o los argentinos a Carlos Gardel, en México levantamos la copa oyendo al rey, ya sea en su propia interpretación o en la de cualquiera de los muchos intérpretes que han hecho suyas las canciones de Jiménez, incluyendo cantantes nacionales como Pedro Vargas, Pedro Infante, Chavela Vargas, Luis Miguel, Vicente Fernández, Antonio Aguilar, Lucha Villa, Maná, El Tri o Moenia, llegando a extranjeros, como el gran Joaquín Sabina, José Luis Rodríguez «El Puma», Enrique Bunbury, Andrés Calamaro, Luke Tan, Miguel Mateos o Buika a quien por cierto acabo de descubrir.

Aprovechando esta fecha, les comparto las que a mi personal gusto son las mejores frases de José Alfredo a través de sus canciones, pidiéndoles que cuando escuchen una canción de él, se detengan a analizar su letra, porque a mi aún me pasa que cada que escucho una, re descubro una nueva lección a través de sus mensajes.
- No me amenaces, no me amenaces. Cuando estés decidida a buscar otra vida, pos agarra tu rumbo y vete, pero no me amenaces, no me amenaces, ya estás grandecita, ya entiendes la vida, ya sabes lo que haces. (No me amenaces)
- Yo no sé lo que valga mi vida, pero yo te la vengo a entregar, yo no sé si tu amor la reciba, pero yo te la vengo a dejar… (Paloma querida)
- Cuando nadie te quiera, cuando todos te olviden, volverás al camino donde yo me quedé; volverás como todas con el alma en pedazos a buscar en mis brazos un poquito de fe. (Cuando nadie te quiera)
- Nada me han enseñado los años, siempre caigo en los mismos errores, otra vez a brindar con extraños, y a llorar por los mismos dolores. (En el último trago)
- Vámonos, donde nadie nos juzgue, donde nadie nos diga, que hacemos mal. Vámonos alejados del mundo, donde no haya justicia, ni leyes ni nada, nomás nuestro amor… (Vámonos)
- Te vi llegar, y sentí la presencia de un ser desconocido; te vi llegar, y sentí lo que nunca jamás había sentido…Te dije adiós, y pediste que nunca, que nunca te olvidara; te dije adiós, y sentí de tu amor otra vez la fuerza extraña. (Las ciudades)
- Te adoré, te perdí, ya ni modo. (Que te vaya bonito)
- Yo quiero que te besen otros labios, para que me compares, hoy como siempre. Si encuentras un amor que te comprenda y sientes que te quieres más que a nadie, entonces yo daré la media vuelta y me iré con el sol, cuando muera la tarde. (La media vuelta)
- Me cansé de rogarle, me cansé de decirle, que yo sin ella de pena muero, ya no quiso escucharme si sus labios se abrieron, fue pa’ decirme ya no te quiero. (Ella)
- La vida no vale nada, comienza siempre llorando, y así llorando se acaba… (Camino de Guanajuato)
- Acaba de una vez de un solo golpe, ¿por qué quieres matarme poco a poco?, si va a llegar el día que me abandones, prefiero, corazón, que sea esta noche. (Amarga navidad)
- Si yo te hubiera dicho: no te vayas, qué triste me esperaba el porvenir; si yo te hubiera dicho: no me dejes, mi propio corazón se iba a reír. (La noche de mi mal)
- Amanecí otra vez entre tus brazos y desperté llorando de alegría; me cobijé la cara con tus manos para seguirte amando todavía. (Amanecí en tus brazos)
- No tengo trono ni reina, ni nadie que me comprenda, pero sigo siendo el rey…Una piedra en el camino, me enseñó que mi destino, era rodar y rodar…También me dijo un arriero, que no hay que llegar primero, sino hay que saber llegar… (El rey)
- Solamente la mano de Dios podrá separarnos: cuando tú me trajiste tu amor ya te esta esperando. (La mano de Dios)
- Si te cuentan que vieron muy borracho, orgullosamente diles que es por ti, porque yo tendré el valor de no negarlo, gritaré que por tu amor me estoy matando, y sabrán que por tus besos me perdí. (Pa´todo el año)
- Y te voy a enseñar a querer, porque tú no has querido: ya verás los que vas a aprender, cuando vivas conmigo. (Cuando vivas conmigo)
- Se me acabó la fuerza, de mi mano izquierda, voy a dejarte el mundo para ti solita. Como al caballo blanco le solté la rienda, a ti también te suelto y te me vas ahorita. (Te solté la rienda)
- Y cuando al fin comprendas, que el amor bonito lo tenías conmigo, vas a extrañar mis besos en los propios brazos del que esté contigo; vas a sentir que llorar, sin poder siquiera derramar tu llanto. (Te solté la rienda)
- Si nos dejan, nos vamos a querer toda la vida, si nos dejan, nos vamos a vivir a un mundo nuevo. Yo creo podemos ver, el nuevo amanecer, de un nuevo día. Yo pienso que tú y yo, podemos ser felices todavía. (Si nos dejan)
y mi favorita…
«Que te den, lo que no pude darte, aunque yo te haya dado de todo»
– Que te vaya bonito.

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